Los hijos de José
por Don Juan García
(texto extraído de "El Sendero del Creyente" de agosto de 1978)
Un Gran Pueblo con grandes ambiciones y poca fuerza para realizarlo.
Josué 17: 14-18
Los hijos de José expresaron concretamente su disconformidad por las dimensiones del territorio que se les había adjudicado. En su largo peregrinaje a través del "terrible desierto" se alentaban con la esperanza de llegar a poseer la tierra que no solo fluyera "leche y miel", sino que por su extensión les permitiera realizarse como una gran tribu del pueblo del Señor.
En el reparto, según su enfoque, no se había considerado objetivamente las reales necesidades de su población. No es que menospreciaban el terreno, simplemente lo lo estimaban insuficiente.
Por otra parte , tenia un gran ventaja sobre las otras tribus, Josué, el indiscutido líder nacional era efraimita.
La respuesta del digno sucesor de Moisés es notable desde todo punto de vista. Lo primero que nos impacta es su HONESTIDAD, ni a su propia familia concede privilegios especiales; trata con la misma equidad a toda la nación. (No tengo dudas de que no agrada al Señor cuando aquellos a quienes ha puesto para guiar a Su pueblo se muestran inclinados a otorgar honras no merecidas a los que son de su casa)
En cuanto al reclamo especifico de los recurrentes, Josué les demuestra que en realidad nos son tan objetivos en sus apreciaciones como aparentaban. Se les había adjudicado territorio suficiente, el verdadero problema estaba en que ellos no querían tomarse el trabajo de de hacer los desmontes en el bosque, ni tampoco se animaban a enfrentar los "carros herrados" de los cananeos que habitaban la llanura.
Es por ello que parece un contrasentido que se definieran a si mismos como "...un pueblo grande..." dado que venían a solicitar la limosna de un poco más de territorio que no se sentían capaces de conquistar con los medios que Dios le había dado.
Josué, (con fina ironía) les reconoce que "Tu eres gran pueblo, y tienes grande poder" y les invita a efectuar los desmontes y a cumplir con la claramente expresada Voluntad de Dios que ellos habían desoído, arrojar a los pervertidos cananeos (a pesar se su poderío militar) y ocupar su territorio.
Este episodio en la vida de los hijos de José, que como todo lo registrado en las Escrituras es para nuestra enseñanza, nos invita a extraer algunas interesantes y provechosas lecciones para las iglesias de las cuales formamos parte.
Que es lo que hace "grande", "madura" a una Iglesia?, a veces la definimos como "grande" si tiene muchos miembros; si están en condiciones económicas desahogadas; si tienen un "local" de notables dimensiones y comodidades, si es elevado el nivel intelectual de sus miembros; si tienen muchos dones.
Sin duda alguna, todas estas son ventajas que, bien aprovechadas, pueden constituirse en autenticas bendiciones, pero por si solas no hacen ni harán nunca una Iglesia "grande" en el verdadero sentido. Puede contar con todos los elementos y, sin embargo, ser una Iglesia débil e inmadura. Tres factores nos presentan a los hijos de José como un "pequeño pueblo";
1°) Falta de espíritu de empresa y de sacrificio. Probablemente pensaron que al llegar a Canaán no les esperaba otra cosa que poco trabajo, mucho resultado y una "higuera para sentarse a su sombra".En cambio, allí les esperaba una batalla que librar contra fuertes enemigos y una cansadora hacha para derribar gruesos árboles.
A veces al predicar el Evangelio damos una idea errónea de lo que es la vida cristiana, pues pintamos un cuadro de gozo y paz (lo que es una verdad que no puede ni debe olvidarse), pero decimos poco o nada acerca de que el renacido no será un mimado del Señor y que la vida cristiana implica lucha contra factores internos (la carne) y externos (el mundo y el Diablo). No se es cristiano por un mero espíritu utilitario ni para apoltronarse en la vida.
El Señor no ahorra a los suyos disciplina ni esfuerzos. (Cuando Él estuvo en la tierra nunca hizo lo que podían realizar los discípulos. Así como Su Vida no fue precisamente un modelo de comodidades, tampoco debe serlo la de los que Le siguen.)
2°) Desobediencia a la palabra de Dios. " ...pero no arrojaron al cananeo que habitaba en Gozer." (16:10), y como resultado lógico no disponían del espacio que ocupaban sus enemigos. Su desobediencia no sólo era una afrenta al Señor sino también un perjuicio para ellos mismos. Y siempre es igual. La desobediencia a las claras instrucciones de las Escrituras trae inevitablemente tristeza al Señor y dificultades a la Iglesia. Cuando se conservan (aunque sea de manera velada) características propia de la vieja manera de vivir que debería estar crucificada, muerta, y sepultada, se preserva una fuente de debilidad y amargura; algo así como una bomba de tiempo que en cualquier momento ocasionará un destre para nosotros y nuestros hermanos. Por otra parte, es curiosamente alto el porcentaje de oraciones que se elevan al Señor pidiendo soluciones a problemas que no existirían si se obedeciera Su Palabra; que Él haga lo que dijo que debemos hacer nosotros; que nos dé lo que ya nos dió y que nosotros todavía no hemos tenido el coraje de tomar.3°) Falta de confianza en su Dios.
Tenían conciencia de haber sido bendecidos "hasta ahora" (parecen referirse al crecimiento demográfico). Pero no tenían fe suficiente como para acometer a los "carros herrados" de los cananeos. "Su" Dios les sirve para algunas empresas, pero no para otras. Pesaban mas para ellos la fuerza de sus enemigos y las circunstancias adversas que las "posibilidades" divinas. No descansaban en Jehová de los Ejercitos. El puede bendecir, pero tiene sus limitaciones. Es decir: El Dios que tenían en mente, era un pequeño Dios. Desde luego que con esto no honraban al Señor y demostraban que los realmente pequeños eran ellos.
Esta puede ser también una característica que evidencia nuestro bajo nivel.Nos enseñamos unos a otros que Nuestro Dios es sobremanera grande y sublime; multiplicamos versículos que así lo declara. cantamos con gusto "No hay Dios tan grande como Tú". Pero en la practica podemos tener solo un Dios de "salón" que aparentemente tiene vigencia en nuestra vida el domingo, pero que desaparece del programa durante la semana. Se ha confiado en Él para la salvación en el "mas alla" , pero no hay suficiente coraje para descansar en Él aquí y ahora. Seriamos capaces de obtener el Premio Nobel en doctrina, pero solo alcanzariamos un premio Consuelo en experiencia. Nuestra fe no llega a convertir en realidades presentes las promesas que Él nos ha hecho. Queda un ancho campo para poseer "hasta sus limites mas lejanos". Están aun en pie las promesas que en El son "si" y "Amen" esperándonos. A nosotros también nos puede llegar y sacudirnos la voz del anciano Josué cuando reunió a los hijos de Israel y les dijo: "¿hasta cuando seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová, el Dios de vuestros padres?" (18:3)
Una iglesia es "grande" cuando el nivel individual de los miembros que la componen merece la calificación de "espiritual" en el verdadero sentido bíblico. Todos deseamos que mientras esperamos al Señor la Iglesia tenga un real desarrollo y que las puertas del infierno no prevalezcan ante su avance. Esto se irá logrando en la medida en que sepamos ubicarnos en relación al señor y a todo lo que se opone a Él.
Estamos llamados a ser más que vencedores por medio de Aquél que nos amó.
Juan A. García
